viernes, 24 de septiembre de 2010

Un ancla para el alma, “La Frustración”

Amada amiga hoy quiero hablarte con respecto a algo que a veces sentís y no sabes como explicar, yo lo se por ello me puedo identificar contigo y eso se llama frustración y es cuando sentís y tenés la sensación de que las cosas no se dan como deberían, quiero animarte y desafiarte a que te despojes de ese sentimiento negativo que si bien es cierto, lo podes revertir en metas para vos misma, pero con respecto a los demás deséchalo, porque no podes vivir esperando de los demás, porque siempre encontraras que tus expectativas no pueden ser comprendidas a cabalidad. Las frustraciones te llevaran a tener complejos que perjudicarían tu salud espiritual y emocional. La vida abundante que Cristo te dejó se refleja hasta en las mínimas actitudes internas que te llevan de nuevo a otras nuevas, refiriéndome a las frustraciones iniciándose así un circulo vicioso. Es por ello la necesidad de una autoexaminación de todo lo que tenés dentro, la ilusión y la esperanza de un mañana mejor, una hora mejor, un minuto mejor, un segundo mejor, es lo que te revitaliza y te hermosea por dentro y por fuera. Una conocida escritora habla de su experiencia en un libro titulado “Amaras a Dios con toda tu mente”, de eso se trata pues nuestra mente tiene que ser transformada y renovada con los próximos eventos de nuestra vida, pensar en lo que no tengo, en lo que no hice, en lo que no me dan, no me lleva a nada pero si o si me llevan a lo que llamamos inicialmente frustraciones. Piénsalo y cambia al respecto, te sentirás mejor te lo aseguro. Pues la senda de las hijas de Dios irán de aumento en aumento, de poder en poder, hasta que el día es perfecto. (Proverbios 4:18)

Con cariño
Pra. Cynthia Trinidad.

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